El papel del karma en las relaciones es real y lo podemos ver jugando un papel importante en nuestra vida diaria y en la gente que nos rodea.
Por ahora todos hemos oído hablar del karma, y hemos tenido la impresión de que es una fuerza malintencionada que nos castiga por nuestras malas obras. No es así! El karma es una antigua palabra sánscrita que significa simplemente “hechos”, pero el concepto ético del karma se remonta a miles de años atrás en la India.
Vamos aclarar el karma un poco de manera que entendamos su verdadera influencia sobre nuestras vidas.
¿Qué es el karma?
El karma es en realidad la acumulación de todos nuestros pensamientos, intenciones y acciones de nuestra vida presente y antigua. Es como una pieza de equipaje que llevamos con nosotros en nuestro viaje de vida, sólo que a diferencia de que como nuestro equipaje en el aeropuerto, nunca se pierde! Y el mal karma no busca castigarnos; sino que nos hace castigarnos a nosotros mismos.
El karma negativo nos coloca en un ciclo negativo que es aparentemente interminable. Pero como hay mal karma, también existe el buen karma que nos protege de daños y nos permite evolucionar hacia la alegría personal.
¿Cómo funciona el karma realmente?
Nuestro objetivo final es estabilizar su viejo karma y generar tanto karma positivo como sea posible. Así que ¿Cómo poner en orden esta energía en nuestros romances?
El karma hará estragos en nuestra vid amorosa si se deja sin resolver (sin presión). Ser ciego de nuestro karma individual nos hará culpar a los demás por las cosas malas que nos suceden.
Podríamos ser buenos teniendo el mismo tipo de persona como pareja, o podríamos cometer los mismos errores en una relación tras otra, pero nuestro karma nos permite ver esto. Siempre nos encontramos pensando que es mala suerte o que todas las personas son mentirosas y tramposas.
Si no hemos levantado las cargas de nuestro pasado, ellas bloquearán nuestro futuro. La vida es un círculo. Viajamos “vuelta tras vuelta”, encontrándonos con las mismas situaciones, circunstancias y personas, ya que estas son parte de nuestro karma. Pero si dejamos algunas millas atrás en nuestro camino una pieza de nuestro equipaje , nos las encontraremos de nuevo cuando lleguemos a completar el círculo nuevamente.
Por esta razón, es esencial que tengamos en claro nuestros obstáculos para tener un viaje suave.

El karma en acción.
Romper con los patrones kármicos puede ser complicado porque no ha identificado el karma que le está causando tener los mismos obstáculos. La única forma de romper las barreras es tomar acciones diferentes.
Todo que hacemos es devuelto a nosotros y hasta la elección más trivial que hacemos ahora puede tener un impacto masivo más tarde. Muchas veces no hacemos caso de nuestro karma y actuamos de mala fe o con ego y egoísmo.
Tome el caso de Susan, que cayó enamorada de un hombre que estaba casado y tenía cuatro niños. ¡Estos hechos no desalentaron a Susan, sin embargo, quién quería tener a Adán aunque esta fuera la última cosa que hiciera! Finalmente, Susan encantó a Adán al punto que realmente divorció de su esposa y abandonó a sus cuatro hijos. Susan no podía ser más feliz, y rápidamente quedo embarazada de su propio hijo con Adán. Pero la ex-esposa de Adán burló de ambos. Envió a sus cuatro hijos a vivir con Adán y Susan. Estos niños instigaron a fondo contra Susan y figuradamente se la comieron viva. Ella se volvió desesperada pero Adán no veía el problema, en parte porque éstos eran sus hijos a los que amaba mucho. Los niños también influían contra Susan con Adan, fabricando historias sobre cosas malas que nunca había hecho. Después de unos años, la situación se hizo tan estirada que Susan realmente renuncio al hombre por el cual había luchado con tanta fuerza. Y vio la realidad de lo que había hecho: ella había tenido a un hombre alejándolo de su familia, y ahora la oscuridad karma estaba volviéndose contra ella.